Semillas de chía. Beneficios y precauciones


 

Semillas de chía. Beneficios y precauciones.


Gracias a su excelente perfil de nutrientes, las semillas de chía se han asociado con múltiples beneficios para la salud.

Las semillas de chía provienen de la planta Salvia hispanica. Se usan en una variedad de recetas, y tienen la capacidad única de absorber líquidos y adquirir una consistencia gelatinosa. Por esta razón, a menudo se usan como agente espesante e incluso se pueden usar como un sustituto vegano de los huevos en algunos productos horneados.Sin embargo, mientras que las semillas de chía pueden ser una adición dietética nutritiva para la mayoría, comerlas también puede causar algunos efectos secundarios que veremos más adenlante.

Primero hablemos de los beneficios:  

Aportan una buena cantidad de fibra, proteínas, grasas saludables y micronutrientes. De hecho, solo 28 gramos de semillas proporcionan hasta el 42 % de la fibra diaria recomendada, además de abundantes dosis de fósforo, magnesio, calcio y ácidos grasos omega-3. También son ricas en antioxidantes, que brindan protección contra el estrés oxidativo y reducen el riesgo de enfermedades crónicas. Además, son una de las mejores fuentes vegetales de ácidos grasos omega-3, que se ha demostrado que ayudan a disminuir el colesterol LDL, reducir los triglicéridos en la sangre y aliviar la inflamación.

La fibra es esencial para su salud, promueve la regularidad intestinal y ayuda a las bacterias beneficiosas del intestino, entre otras funciones importantes. Sin embargo, demasiada fibra puede causar problemas en algunas personas. 

Precauciones en el consumo de semillas de chía:

El consumo excesivo de fibra puede causar problemas como dolor abdominal, estreñimiento, diarrea, hinchazón y gases. Esto también puede ocurrir cuando una ingesta alta de fibra se combina con una hidratación inadecuada, ya que el agua es esencial para ayudar a que la fibra pase por el sistema digestivo.

Los individuos con enfermedades inflamatorias del intestino como la colitis ulcerosa o la enfermedad de Crohn pueden necesitar controlar su consumo de fibra y limitar las semillas de chía. Estas enfermedades crónicas causan inflamación y un estrechamiento del tracto gastrointestinal, lo que puede provocar síntomas como dolor abdominal, sangrado, diarrea y pérdida de peso. No obstante, los estudios indican que un alto consumo de fibra puede ayudar a proteger contra las enfermedades inflamatorias del intestino a largo plazo. Dicho esto, aquellos que experimentan brotes deben limitar su consumo  por períodos cortos para reducir los síntomas. Sin embargo, para la mayoría de las personas, los síntomas negativos de la ingesta alta de fibra se pueden prevenir aumentando la ingesta de fibra lentamente y bebiendo más agua para ayudar a que pase por el cuerpo.

Para considerar: las semillas de chía secas se hinchan y absorben entre 10 y 12 veces su peso en líquido cuando se exponen al agua. Estas propiedades gelificantes pueden ser útiles para cocinar u hornear, pero tienen el potencial de ser inseguras, ya que las semillas de chía pueden hincharse fácilmente y atascarse en la garganta. Un estudio de caso analizó a un hombre de 39 años que tuvo un incidente con las semillas de chía cuando comió una cucharada de semillas secas y luego bebió un vaso de agua. Las semillas se expandieron en su esófago y causaron un bloqueo, por lo que  tuvo que visitar la sala de emergencias para que se las quitaran.

Es importante remojar las semillas de chía durante al menos 5 a 10 minutos antes de comerlas. Aquellos con dificultad para tragar pueden necesitar extremar las precauciones.

Otro punto a considerar es la posible interacción con ciertos medicamentos, lo que podría llevar a  moderar su consumo si está tomando medicación para la diabetes o la presión arterial. Algunos estudios han demostrado que las semillas de chía pueden reducir significativamente los niveles de azúcar en sangre. Esto probablemente se deba al gran contenido de fibra, que ralentiza la absorción de azúcares  y puede disminuir los niveles de azúcar en la sangre. En la mayoría de los casos, comer cantidades moderadas de semillas de chía puede ayudar a las personas con diabetes a controlar sus niveles de glucemia.

En un estudio, se observó que comer semillas de chía durante 12 semanas disminuyó la presión arterial, la glucemia y la inflamación. Las semillas de chía tienen un alto contenido de ácidos grasos omega-3, que se ha demostrado que funcionan como anticoagulantes y pueden disminuir la presión arterial.

 

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