Nuestro estilo de vida y su relación con el cáncer de colon

Se considera que el cáncer colorrectal llegará a ser la neoplasia más frecuente en el siglo XXI.

Su desarrollo es posiblemente la consecuencia de una serie de hechos que se inician con una mutación o un proceso similar y donde pueden influir factores genéticos y ambientales. Los primeros han podido ser determinados a partir tanto del síndrome hereditario de la poliposis familiar como del no ligado a poliposis.

El predominio de la enfermedad en algunas regiones del mundo como Europa, América y ciertas áreas del Caribe, hace suponer que ciertos hábitos alimentarios pueden incidir marcadamente en su desencadenamiento.

Entre estos hábitos se destaca la dieta rica en grasas y pobre en fibras vegetales, probablemente por la formación de carcinógenos a partir de los esteroles neutros o por el aumento de ácidos biliares libres estimulados por las grasas dietéticas, lo que además modifica la flora bacteriana y conduce al incremento relativo del número de anaerobios, en particular clostridios y bacteroides, capaces de transformar los ácidos biliares y el colesterol en metabolitos potencialmente iniciadores de la neoplasia.

¿Cuáles son los grupos de riesgo elevado de padecer cáncer de colon?

  • Pacientes con adenomas colorrectales
  • Afecciones inflamatorias crónicas del intestino
  • Poliposis familiar
  • Antecedentes familiares de cáncer digestivo o en otras localizaciones

El pronóstico del cáncer de colon está relacionado con el grado de penetración del tumor a través de la pared intestinal y la presencia de infiltración ganglionar, neural y vascular o no. La cirugía convencional o videolaparoscópica es el tratamiento curativo para esa afección localizada en el intestino en 50 % de los casos.
El cáncer de colon es una enfermedad curable mediante cirugía, la cual continúa siendo la forma primaria de tratamiento que resulta en la curación de aproximadamente 50 % de los enfermos; sin embargo, frente a una recurrencia tumoral, la ventaja de una nueva intervención con fines curativos solo estaría disponible para 10 a 20 % de estos pacientes.

 

El cáncer colorrectal muestra una fuerte asociación con los estilos de vida occidentales.

Durante las últimas décadas diferentes estudios han demostrado que la ingesta de carne roja y procesada y los azucares, granos y almidón altamente refinados incrementan el riesgo.

Alimentos que no aumentarían el riego de cáncer colorrectal:
  • Vegetales, pescado, pollo
  • Grasas insaturadas como primera fuente de grasa
  • Granos no refinados, legumbres y frutas
  • Los suplementos de calcio podrían ser modestamente beneficiosos, y quizás también la vitamina D, B6 y el folato.

En cuanto a los estilos de vida:
  • Evitar el tabaco y el alcohol
  • Prevenir el sobrepeso y la obesidad
  • Mantener un nivel razonable de ejercicio físico
Por otra parte, algunos medicamentos, como la AAS, los AINES y el tratamiento hormonal sustitutivo, han demostrado una disminución del riesgo, pero su uso no está justificado en la población de riesgo medio.
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Referencias:
1-Rodriguez Férnandez Z, et al. Currently used knowledge about the recurrent colon cancer. MEDISAN vol.19 no.6 Santiago de Cuba jun.-jun. 2015.
2-Marzo M, et al. The prevention of colorectal cancer. Rev Clin Med Fam vol.3 no.2 Albacete jun. 2010.

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